Y cuando lo piensas, caes en la cuenta. No queda nada por inventar, lo que nos pasa como personas, es lo mismo que le paso a aquel otro o aquella. La plantilla es la misma, pero según intervenga o no tal tercera persona en nuestra historia de amor o en nuestra amistad, el diseño se distingue mínimamente del esquema. Cada uno de nosotros somos la cara B de un CD universal.
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