Seguidores

lunes, 5 de diciembre de 2011

Una calada.


Una calada más por tus recuerdos, o por cómo han llegado hasta aquí. Por uno de tus besos o por cada vez que te giras sin más. Una calada por todas las veces que has dicho mi nombre en tu mente, por todas y cada una de las repeticiones vespertinas que decían que nunca aprenderíamos a sonreír. Que el humo no se lleve mis palabras. Otra por mis idas de olla. Una que me haga olvidar que anoche bebí hasta casi olvidarte. Por los solos que ruge la guitarra. Una de esas largas para que me tengas en cuenta, siempre. Una por tus principios, otra por mi final. Una calada por tus orígenes y como siempre han querido escucharte. Alguna entre mi luna y tu sol, por cualquiera que lleve mi sangre. Una por la jodida noche y su ocasión. Otra para que vuelva a ocurrir. Alguna que otra por aquella vez que perdí tu piel, o por cuando nos arrestaron por saber demasiado del tiempo y querer timarle. Si quieres también por mis silenciosas regañas en otro idioma. O por todo lo que callé. Las que quieras mientras no haya amanecido, que sepas que no me gusta fumar y que prefiero otro vicio.

sábado, 3 de diciembre de 2011

pv,

Una sonrisa en tu cara no significa la ausencia de problemas, si no la habilidad de ser feliz por encima de ellos.